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[Lore] Creacion de Nirn

  • Foto del escritor: Miguel Gonzalez
    Miguel Gonzalez
  • 5 ago 2014
  • 8 Min. de lectura

Muchos se preguntaran como fue la creacion del planeta en el que se desarrolla la saga de ESO, aqui les traemos la leyenda de la creacion de este planeta llamado "Nirn", una leyenda simplemente fantastica y que seguro vale la pena leer.

La Creacion de Nirn

Lorkhan era el dios de la creación. Le encantaba crear cosas, aunque lo que creaba siempre resultó ser inestable; por eso siempre le pedía ayuda a Zenithar, el cual tenía experiencia modelando cosas y creando materias primas que luego usaba tanto él como el resto de las deidades para crear sus cosas. Lorkhan fue el segundo en nacer, por lo tanto fue el hermano menor de Akatosh.

Un dia, aburrido, Lorkhan paseaba por el reino de los divinos, Aetherius, pensando que crear. Estaba harto de crear mundos sin sentido, de crear armas o seres sin lugar de residencia. Él quería crear algo grande, muy grande, que pudiera ayudar a los divinos. Queria crear una sorpresa para sus hermanos, así que decidió crear Oblivion, un mundo de distintas tierras y zonas, desde las mas bellas hasta las mas lúgubres y tenebrosas, e intentó crear vida sentiente sin consentimiento de Akatosh, el que todo lo sabe.

Lorkhan creó plantas y árboles y unos daedra; pero no daedras cualquiera. Creó Daedroth, ya que su hermano Akatosh le habia dicho de su deseo era crear Hombres lagarto o crear lagartos voladores que rugieran y demostraran el poderío de los nueve. Tras haber terminado su "obra magnifica" llamó a Akatosh y al resto de sus hermanos y les enseñó lo que él creia que era bueno para todos; pero al ver tal desastre los ocho hermanos se enfadaron, le regañaron ocho veces y le dijeron por qué ese lugar debía ser destruido:

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Dibella le gritó por qué había creado algo tan horrible, inmedecedero de ser creado y vivir. La belleza escaseaba en las criaturas.

Kynareth le gritó por qué habia creado plantas sin su ayuda. Estas no eran bellas ni desprendían buenos olores, eran abominaciones.

Arkay quiso comprobar que las criaturas eran mortales, asi que mató una y, al ver que su espiritu volvía a Oblivion para luego reencarnarse de nuevo, le gritó por qué desafiaba las normas de la muerte, unas normas que Anu dejó claras.

Zenithar le gritó por qué hizo algo sin contar con los intrumentos necesarios para hacerlo, porque para hacer algo mal siempre había tiempo.

Stendarr le gritó por qué no tuvo misericordia a la hora de pensar en las pobres criaturas, que sin rumbo iban por Oblivion.

Mara le gritó por qué no tenía compasión con Oblivion y destruía las zonas Sombrías y a sus habitantes y acababa con sus penurias.

Julianos le gritó por qué desobedeció las claras normas que Anu y Padomay impusieron y las impuestas por Akatosh.

Por último, Lord Akatosh miró a Lorkhan y le dijo por qué, aun haciéndolo de buena fe, había desobedecido las normas y, sobre todo, había intentado crear un adelanto de la idea que estaba en pensamiento de Akatosh. Por qué había creado un mundo más sin consentimiento suyo, por qué creó vida sentiente e inteligente sin consultarlo. Y así, Lord Akatosh concluyó: -Sea así. Tú creaste un mundo sin consentimiento. Este queda privado de cualquier ayuda divina que no sea la tuya y tus poderes serán reducidos. Tu castigo tendrás y por largo tiempo dejarás de crear sin nuestra ayuda.

Y terminando este sermón, los Ocho se retiraron y los poderes divinos de Lorkhan fueron reducidos considerablemente, lo cual hizo que en su interior, Lorkhan ardiese de ira y jurase vengarse de todos sus hermanos.

Oblivion seguia en pie, pero por largo tiempo estuvo habitada solamente por Daedroth y nadie la visitó y cuidó, por lo que Oblivion se marchitó poco a poco y sus habitantes se tornaron hostiles hacia los divinos, exceptuando a Lorkhan, el cual se paseaba por Oblivion todos los dias.

Durante mucho tiempo Lorkhan dependió de los Ocho para crear cosas. Solo la ira y la sed de venganza lo mantuvieron el suficiente tiempo en sus cabales hasta el gran día, el día de la creación de Nirn. Lorkhan necesitaba vengarse, todo el tiempo perdido en la falsa amistad y obediencia que había demostrado a sus hermanos vino recompensado con el perdón de Akatosh, el cual le devolvió todos los poderes. Durante la ausencia de sus poderes, Lorkhan planeó su venganza, su traición, en la cual Nirn era su salvavidas. En las largas noches oscuras de Aetherius, Lorkhan hizo un plano perfecto de lo que sería un nuevo mundo, conocido como Nirn, un mundo donde los Nueve hermanos podrían crear lo que quisieran, pero sin barreras, lo cual permitía que Oblivion se conectase con Nirn. En la gran reunión entre los los Nueve Divinos, Lorkhan les propuso crear ese Mundo, esta vez todos juntos, para que no se repitiese lo de Oblivion. A todos les pareció bien, pues en su ignorancia desconocían la verdadera intención de su hermano. Pero Lord Akatosh, el que todo lo sabe, pues Anu le bendijo y le otorgó el poder de dominar a voluntad el tiempo, sabía las verdaderas intenciones, aunque por causa del contrato entre Anu y Akatosh, no pudo intervenir. Así, con la aceptación de sus hermanos y la abstención de Akatosh, el proyecto de Nirn ( también conocido como Mundus o Arena) se aprobó en las Santas Cámaras del Palacio de Cristal.

Cada deidad dedicó largo tiempo a la creacion de Nirn, incluido Lorkhan, el cual no descansaba,ya que trabajaba en Nirn por el día, pero sin olvidar su rencor y despecho hacia sus hermanos, por la noche volvía a Oblivion y allí creó a los Principes Daedra. Cada uno de ellos era una representación firme de su mente, putrefracta por la corrupción, como Peryte. Con ideas brillantes, como Azura, o con un Odio visceral hacia los divinos, como Mehrunes Dagon. Lorkhan les concedió un poder casi divino, les creó palacios y siervos. Fauna y plantas nuevas surgieron en Oblivion y el Odio de Lorkhan por todo lo creado por los Nueve fue trasmitido a todas y cada una de las criaturas de Oblivion, incluido los Principes Daédricos.

Nueve días tardó Nirn en ser terminada, pero solo era el comienzo, ya que ni plantas, árboles o animales caminaban sobre la faz de Nirn, ni agua había tampoco, así que, viendo esto, los Nueve Divinos decidieron dar "vida" a Nirn. Kynareth paseó sobre Nirn, plantado semillas de todo tipo de árbol y plantas. Habiendo terminado esto, Kynareth empezó a reir y todas las semillas germinaron y crecieron. Así fue como Nirn tuvo vida vegetal. A La diosa de la naturaleza le parecía que faltaban más cosas, por lo que con su aliento entonó una canción de la cual surgieron todos los animales naturales y, así, Kynareth había terminado en Nirn.

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Dibella y Mara se encargaron de dar sexo a la vida que había en Nirn, de otorgarles una vida placentera y de belleza.

Stendarr extendió su misericordia y el agua brotó del centro de Nirn, la cual cubrió toda la faz del planeta y separó las tierras.

Julianos promulgó la justicia y las leyes, tanto impuestas como morales, a cualquier ser vivo y a los que estuviesen por venir.

Arkay impuso la norma de la muerte. Todo lo que pase por Nirn nacerá, crecerá y morirá para retornar de donde vino.

Lorkhan creó el centro de Nirn y lo dotó de inteligencia para crear sus estaciones, climas temporales y rotar sobre si mismo, para gemir cuando le doliese algo y alegrarse por el esfuerzo hecho.

Zenithar no intervino directamente en la creación, pero si en las herramientas para crearla.

Y Lord Akatosh, el que todo lo sabe, previó la llegada de los Hombres y las demás especies, de las guerras y las batallas por intereses, por lo cual creó un pequeño rincón en su reino para los mortales. Porque todo lo que muere en Nirn vuelve a Aetherius. Y Lord Akatosh quiso crear a sus primeros Hijos. Los llamó Dov o Dovah, creados conforme a su imagen y semejanza y con el poder para gobernar a las demás especies con sabiduría e inteligencia. Les otorgó el poder del Habla, un poder tan fuerte y que apreciaron tanto que no lo usaban más que para saludarse o en ocasiones importantes. Debido a que eran unas especies muy fuertes, Akatosh les otorgó todo Nirn para vivir, pero en especial les otorgó Akavir.

Kynareth pidió permiso a Akatosh y creó a los Kajiitas, a los cuales les otorgó una zona para asentarse y crecer.

Dibella pidió permiso y creó a los Mer ( Elfos) y los esparció por toda Nirn.

Arkay pidió permiso y creó a los Hombres, tanto Nórdicos como Guardias rojos y los demás, y los esparció por Yokuda y Atmora.

Y ocurrió que Los Hombres eran más fuertes que los Mer, pero estos eran más inteligentes y hubo disputas entre Dibella y Arkay durante un día entero. Akatosh se enfadó y puso unas normas: los Mer nunca morirán de viejos, sino por pena o por asesinato. Y los Hombres nunca tendrán temor de los Mer, su fuerza les superará con creces y sus construcciones serán mas fuertes. Aparte, otorgó a Diabella la oportunidad de hacer que los Mer fuesen los mas bellos de Nirn, pero a cambio, al morir, jamás podrían vovler a Aetherius, si no que se rencarnarían en un recién nacido y no se acordarían de nada de su anterior vida. Dibella aceptó y a Arkay se le propuso que sus hombres no tuvieran tanta belleza, pero si fuerza de voluntad y al morir irían a parar a Aetherius si sus actos eran nobles. Arkay aceptó y por eso el Hombre le da tanta importancia al Honor y a la Lealtad.

Zenithar intervino y otorgó su conocimiento a las razas de Nirn, las cuales pudieron construir con los materiales de su esposa y hermana, Kynareth.

Lord Akatosh quiso crear una raza con forma humanoide, como Arkay y Diabella, una raza humilde y fuerte, emparentada directamente con los Dov. Así que cogió la sangre de su primogénito, Alduin, y creó a los Argonianos. Estableció un juramento con ellos: Akatosh les defendería personalmente y nadie dominaría a ese pueblo, jamás, a no ser que estos se descarrilasen del camino que Akatosh les dictó como pago a sus servicios. Como señal impuso una Dinastía Argoniana, la cual gobernó Argonia sabiamente durante muchos milenios y solo adoraban a los Nueve.

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Ahora que Nirn había sido finalizado, llegó la hora de descanso; pero antes, Lorkhan habló con los Ocho hermanos y les propuso que toda alma que no creyera en los Divinos o adorase a cualquier otra criatura fuera a parar a Oblivion. Los Divinos aceptaron y dejaron pasar el tiempo.

Tras asentarse las razas de Nirn, otras razas provenientes de Oblivion vinieron a Nirn, e intentaron esclavizar a las demás. Una serie de guerras hubo, en especial entre argonianos y dragones contra los daedra, ya que las creaciones de Akatosh eran las primeras en no aceptar la sumisión que no proviniera de los Divinos. Y así Akatosh descendió y luchó contra los daedra en las fronteras de Argonia y Akavir, lo cual desembocó en la reunión en la torre Adamantina. Allí, Lorkhan, que se creía todopoderoso, se delató al defender a los Daedra ante los Divinos y al admitir que Nirn fué un engaño, Nirn era un regalo para los Daedra y sus principes y no pensaba dimitir en su intención de matar y destruir todo lo que crearon sus hermanos, entonces Akatosh montó en colera y desterró a Lorkhan de los Nueve divinos ( que ahora eran Ocho) y Los Ocho Hermanos mataron a Lorkhan y le sacaron el corazón, ya que al haber contribuido a la creación de Nirn, si destruian a Lorkhan por completo, esta tambien perdería su parte creada por él, así que Akatosh mandó enterrar el corazón de Lorkhan en las entrañas de Nirn, junto a la creación de su dueño.

Y así terminó la "corta" vida del Dios de la Creación Lorkhan junto al final de la Era Oscura y el comienzo de la Era Merética.

¡Comenta abajo que tal te parece esta leyenda, y que otro articulo te gustaria leer!

 
 
 

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